Salir de casa no tiene por qué ser una excusa para descuidar tu alimentación. Pero es muy importante que tengas conocimiento claro sobre cuáles son tus opciones y cómo debes disponer y transportar tus alimentos de forma segura. Con un poco de planificación y estrategias sencillas, puedes mantener una dieta saludable y asegurarte de que tus comidas estén en buen estado, ya sea que vayas a comer en un restaurante, en la oficina o al aire libre. Aquí te cuento cómo lograrlo de manera práctica y segura.
Elegir bien y disfrutar sin culpas, es la base para que puedas disfrutar de una comida fuera de casa en cualquier restaurante, sea durante tu jornada de trabajo o en una salida con familiares, amigos etc.
Salir a comer puede ser una experiencia deliciosa, pero también es fácil caer en excesos. Para mantener el balance, sigue estos consejos:
1. Si vas a un restaurante, opta por platillos con ingredientes frescos y métodos de cocción donde la comida no sea sometida a altas temperaturas, evitando los fritos y alimentos en contacto con alto contenido de grasas saturadas o los alimentos con tiempos de cocción muy prolongados. Prefiere siempre platos a la parrilla, al vapor o al horno. Por ejemplo, las ensaladas con proteínas magras, como pollo o pescado, son excelentes opciones. Evita los, empanizados o con salsas cremosas, que suelen ser altos en grasas y calorías.
2. Muchas veces, las porciones en los restaurantes son más grandes de lo necesario. No dudes en compartir un plato, guardar la mitad para más tarde o elegir platos por media porción cuando la alternativa esté disponible.
3. Las calorías no están solo contenidas en lo que comes. las bebidas también son muchas veces un porcentaje importante de tus aportes. Por esto hay tantos detractores de los jugos. No quiere decir que tengan nada de malo. los jugos de fruta en ocasiones son buena fuente de antioxidantes y vitaminas. Pero también son un aporte importante de azucares y muchas veces estos aportes no encajan adecuadamente en nuestra dieta, especialmente cuando nos encontramos en un proceso de perdida de peso o grasa. Las bebidas azucaradas, como refrescos o jugos procesados, definitivamente son la peor de las elecciones. Elige agua, infusiones o limonadas naturales sin azúcar como acompañantes. Esto te permite alcanzar tu requerimiento de agua al día, mantenerte en un balance energético más apropiado y poder comer una porción un poco más generosa al no aportar todas esas calorías vacias e innecesarias a tu comida.
Lleva tus snacks si tu día será largo
lleva contigo opciones fáciles y nutritivas, como frutas frescas, frutos secos o barras de cereal integrales sin azucar añadido. Esto evitará que caigas en antojos poco saludables, además de reducir tus gastos hormiga y ayudarte a ahorrar algo de dinero.
Almacenamiento seguro: ¿Qué puedes refrigerar o congelar?
Lo ideal en muchos casos, ya que resulta mucho más económico y más difícil de controlar y medir, es preparar tus propias comidas y llevarlas contigo, el almacenamiento adecuado es clave para evitar que los alimentos se deterioren. Aquí tienes una guía práctica:
Alimentos refrigerados (0-4 °C):
Carnes frescas (pollo, res, pescado): hasta 2 días.
Huevos cocidos: hasta 1 semana.
Verduras frescas: 3-7 días, dependiendo del tipo.
Sopas y guisos: 3-4 días.
Productos lácteos abiertos: 5-7 días.
Alimentos congelados (-18 °C o menos):
Carnes crudas: hasta 6 meses (cortes magros); embutidos, 3 meses.
Pescado: 3-6 meses.
Vegetales blanqueados (ej. brócoli, espinacas): 8-12 meses.
Frutas congeladas: hasta 12 meses.
Panes y tortillas: 3-6 meses.
Consejo práctico: Siempre utiliza recipientes herméticos o bolsas aptas para congelador, y etiqueta los envases con la fecha de almacenamiento para evitar confusiones.
Transportar alimentos: La clave está en la seguridad
Si necesitas llevar comida contigo, ya sea al trabajo, a un picnic o de viaje, sigue estos consejos para mantener tus alimentos frescos y seguros:
Usa recipientes adecuados
Opta por contenedores herméticos que eviten derrames y protejan los alimentos. Para platos calientes, usa recipientes térmicos que conserven la temperatura.
Mantén la cadena de frío
Los alimentos perecederos, como carnes o lácteos, deben mantenerse por debajo de 5 °C. Usa bolsas térmicas o compresas de gel frío para transportarlos de forma segura.
Minimiza el tiempo fuera del refrigerador
Evita que los alimentos pasen mucho tiempo a temperatura ambiente, especialmente en climas cálidos. Como regla general, no dejes alimentos perecederos fuera del refrigerador por más de 2 horas.
Separa lo crudo de lo cocido
Transporta alimentos crudos y cocidos en recipientes distintos para evitar la contaminación cruzada.
Haz que la planificación sea parte de tu estilo de vida
Comer por fuera o llevar tus alimentos no tiene por qué ser complicado. Al planificar tus comidas con antelación, puedes disfrutar de opciones saludables y deliciosas sin comprometer la seguridad de tus alimentos.
Recuerda que cuidar lo que comes no solo es una cuestión de mantener una dieta equilibrada, sino también de garantizar que los alimentos estén en buenas condiciones. ¡Con estos consejos, tu próxima comida fuera de casa será tan saludable como placentera!